Inicia #MiércolesDePoesía en Catarsis Cultural

Se trata de una cápsula audiovisual que se publicará cada miércoles en Facebook y YouTube, donde poetas, escritores, gestores culturales y ciudadanos en general leerán para el público poemas de su autoría.

Redacción | Priscila Reyes, directora de Catarsis Cultural

#MiércolesDePoesía nace con la idea de crear un espacio virtual para difundir poesía propia, ya sea poemas publicados anteriormente o inéditos. Se trata así de una cápsula audiovisual que se publicará todos los miércoles en las plataformas de Facebook (fan page de Catarsis Cultural) y en YouTube, así como una nota en este blog donde se compartirá el texto completo de los poemas para la lectura y disfrute del público.

En esta cápsula, poetas, escritores y gestores culturales leerán para el público poemas de su autoría.

En #MiércolesDePoesía el autor se presenta al público de manera directa y a continuación inicia la lectura de dos o tres poemas como máximo. Con este tipo de formatos se pretende democratizar la lectura y el acceso a poesía contemporánea de calidad, como también tiene el objetivo de ser una 'ventana' para la difusión de la cultura local, regional y nacional, y que los autores sean reconocidos y valorados por su talento para las letras.

En esta primera entrega, el escritor Augusto Rubio Acosta, actual jefe de la Biblioteca Municipal de Trujillo, nos presenta dos poemas: "Última canción" y "Puerto Eten", ambos poemas inéditos de la plaqueta "El arte para remontar la zozobra".

#MiércolesDePoesía continuará cada miércoles en este esfuerzo de promover la difusión de la poesía, y convoca a todos los interesados a contactarse con la dirección del portal para su participación (escribir mail a catarsisculturaltrujillo@gmail.com o por inbox de la página de Facebook).

Invitamos al público a disfrutar de esta edición:


Sobre el escritor: Augusto Rubio Acosta
Augusto Rubio Acosta
Foto: Priscila Reyes P.
Augusto Rubio Acosta es escritor, gestor cultural y comunicador social chimbotano egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú). Ha publicado tres libros de poesía y cuatro de narrativa, entre ellas Fraga (2015), su primera novela. Rubio fue acreedor al Premio Nacional de Periodismo en 2008 (Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional y Consejo de la Prensa Peruana), así como al Premio Nacional de Periodismo en 2007 (Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social).
Además, el autor fue director del Diario La Industria de Chiclayo entre los años 2011 y 2013, y fundó La Resistencia, colectivo cultural, en 2014.
Actualmente, Augusto Rubio integra la comisión de Cultura de la Feria Internacional del Libro de Trujillo, el comité editorial del Fondo Editorial Municipal; es director de la Biblioteca Municipal de Trujillo y escribe su segunda novela.

A continuación, los poemas inéditos aquí publicados forman parte de "El arte de remontar la zozobra", plaqueta de poesía de inminente aparición.



última canción
augusto rubio acosta
aquí en el monte
tarde ante nuestros ojos
donde todo es gris desde entonces
incierto en adelante
el pájaro tabaquero me enseñó
que hay cantos que alegran la vida
canciones que hermosean la tristeza
que el alma del vuelo
y las aspiraciones verticales del espíritu humano
podrían permitirme conocer los misterios del viento
la ilimitada profundidad de los cielos

hay cantos, me dijo
con los cuales migrar visionariamente
el alma de los hombres
acceder a espacios estelares alejados del mundo sensible
apaciguar las penas
los dolores

alejado de la urbe y su ajetreo
las aves regresan al árbol donde moran
yo nunca he entendido su lenguaje
hoy lo intento porque inspiran lo que digo
porque me recuerdan el tiempo en que el mundo era nuevo
de honda afinidad entre pájaros y seres humanos


quizá deba morir ahora
asesinado a la distancia
desde la oscuridad
atravesado por lanzas
sin que nadie me desagravie
sin nadie que libere mi espectro vagabundo
                                                                        errado
insatisfecho
quizá deban desmembrarme y arrojarme al barranco
donde florecen hoy la hoguera
los rencores fulminantes y el miedo
la náusea de mi infancia
                                          el rojo parto
mi boca destrozada
la fructífera
                      la fraterna maldición
en las cavernas de la aurora

¿quién soy para abrir mis brazos hacia el cielo,
para mirar de frente al sol, a las estrellas, a las noches?
¿quién soy para beber la sangre que me baja de las sienes,
para explicarme ante tus pechos
                                                       tu pezón izquierdo
que todo el tiempo me definió
que hoy me asfixia?
¿quién soy ante el zarpazo de pétalos y lágrimas,
ante el abismo y las sábanas infectas de mi historia?
nada soy ante el miedo a la soledad
tu recuerdo insubordinado
el más insondable olvido

a cielo plúmbeo
llueve sin parar en el monte
llueve sobre lo que apenas existe
¿cuántos años, cuántas vidas transcurrieron
desde que sembraste en mi cuerpo
desde que estuviste dedicada a fortalecer mi corazón?

el pájaro tabaquero me ve ahogarme en el río de la ruina
leer para subsistir
                               andando selvas
pensar para estar en ella
                                         amando el sol
ayunar para fortalecerme y encender los sueños
transformar la materia sensible
fumar el cigarro que contiene mi energía
la herencia de mis ancestros
                                                 el humo sagrado
cada recuerdo

regreso a la ciudad
me niego al ordenamiento de la existencia
la fuerza primigenia de tu canto me acompaña.



puerto eten
 augusto rubio acosta

hubo un tiempo
en que mis palabras fueron vanos fragmentos
y balbuceos a la hora de registrar sonidos
un tiempo en que el contemplar el ir y venir de la historia
poblada siempre de grandes y oscuros cielos
fue una mayúscula catástrofe celeste
tan parecida al amor
a la vida a la muerte
a ese océano mudo donde se puede pescar sin límite
el insondable estornudo que a uno siempre lo acompaña

hubo un tiempo de luz pero también de sombra
y madrugadas en que era imposible distinguir
si estaba atado al escritorio o a la silla
caminando sin tropiezo entre la nada y la materia
atravesando el mar los accidentes geográficos
las matemáticas los números
todo aquello que se ocupa de la música

hubo un tiempo
en que nada me decían mis palabras
y entonces recurría a la cajita de fósforos donde duermo
para incendiar tanto silencio
a la almohada donde rasguñaba historias
que hablaban de los fondos mutuos
de los valores de cuota y rentabilidad de la vida

yo nunca supe de commodities
de tasas de interés
ni indicadores bursátiles
la misión que tuve siempre en la vida
fue defender nuestra luna
el cielo las nubes las estrellas prostitutas
la alegría que a pesar del cemento y la mierda
brota como reclamo
de lo más profundo de la tierra

yo nunca supe
de bonos soberanos y corporativos
lo mío fue despertar siempre a medianoche
con el pijama lleno de luces
y el cigarro inexistente encendido
los míos fueron siempre versos pálidos e inútiles
el rock & roll y un viejo tocadisco
la camisita que tengo puesta
y mi catre de madera
el color de la libertad
tu sonrisa

hubo un tiempo
en que la hecatombe
la distemper y la pena
se apoderaron una vida de mi patria de palabras
pero de pronto descubrí
que felizmente todavía me polinizo en el viento
y discuto a solas con mi propio diccionario
descubrí que aún creo en la alegría de mis muelas
que muchas veces no se dan por aludidas
que aún confío en mi guitarra
en las canciones que nunca termino

¿qué sería de mi si este mar no existiese y no se pareciera a la muerte?
¿qué sería si este puerto no me recordase que estoy vivo

y hay que aprender a temblar?


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Además, compartimos un poema nuevo del autor: "Las psíquicas facultades de la noche".


las psíquicas facultades de la noche
augusto rubio acosta

he caminado la avenida los incas de cabo a rabo
intentando recordar la época en qué entendí el significado del mañana
te he buscado en los arbustos
                                                   en las ramas
en el silencio de los tugurios
en los ojos cerrados de tus tardanzas
el ir y venir a la deriva por los hondos bordes de una atmósfera ominosa
me enrostra la angustia
                                         la indagación de mi oficio
el asedio a la realidad vivida
la tensa alambrada en la azotea de la existencia

he caminado y te he visto en todas partes
en los escaparates 
                                 en las alfombras de estrellas
en la mano al viento de los cobradores
en el susurro de los perros tiernos que nunca entendí
jamás supe cómo cantar la sensibilidad de nuestro tiempo
mi lenguaje lo aprendí de la noche
de los vendedores de hierbas y enciclopedias
de orégano y sangre de grado
en los temblores de mi pecho
habita el dolor de las emociones
                                                       lo que no tengo de mí
el nombre completo de las cosas


atravesando ghettos y cenizas
ferias de vasitos de maíz y de bizcochos de chancaca
la ciudad indeleble se sumerge en la garúa
felizmente tu recuerdo es el motor de la noche
que me impulsa a caminar mientras tenga manos
a pensar mientras tenga piernas
a llorar mientras tenga hombros y antebrazos para abrazarme
banderitas y cartuchos brotan de mi pecho mientras hablo
mientras indago
                                mientras busco
                                                             mientras canto 
mientras muero.






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